ARTE
El conflicto Costus sobre la Movida madrileña
La veta frívola, festiva y hedonista de aquel movimiento contracultural fue bien aprovechada por Costus, ahora en la galería MaisterraValbuena
Algunas de las pinturas de Costus
La valoración de la Movida es un tema controvertido. En los últimos años, diversos estudios han intentado despojarla de su halo mítico por considerar que, bajo su imagen contracultural, prefería el confort al activismo político. En esta revisión, la pintura de Costus ( ... Enrique Naya y Juan Carrero) resulta especialmente conflictiva , sobre todo por su apropiación de emblemas de españolidad asociados al franquismo.
Redención a los tópicos
En su demoledora relectura de la Movida, Víctor Lenore señala que la defensa de lo popular por parte de Costus significó una redención a los tópicos de las élites. Distinto es el análisis del historiador Julio Pérez Manzanares , quien subraya la dimensión transgresora del dúo: antes de que los discursos de género aterrizaran en España, ellos mostraron con sus pinturas una radical alternativa a las identidades dominantes.
La actual cita en MaisterraValbuena , último capítulo de sus Encuentros , reabre el debate sobre la relevancia de Costus. Las obras expuestas pertenecen a su primera serie, Chochonismo Ilustrado , presentada en 1981 en Fernando Vijande . En las piezas destaca el desparpajo pictórico con el que abordan a las «gitanas de Marín», aquellas muñecas de plástico de las tiendas de souvenirs . Este interés por lo kitsch , autoconsciente y cañí, traza un puente entre ellos y artistas coetáneos de Barcelona, como Ocaña o Nazario.
«Caños de Meca» (1980)
La de Costus es una pintura de época , sintomática del giro internacional de los ochenta hacia una figuración renovada . Pero su aportación rebasa la especificidad de una obra pictórica muy interesante, aunque de calidad irregular. Si bien no participaron del incipiente activismo LGTBI , su visibilidad como pareja gay se enfrentó a una sociedad que relegaba la libertad sexual al ámbito privado. También les debemos uno de los primeros juicios en España por discriminación de seropositivos, cuando su casero les quiso desahuciar en Sitges. Previamente, su hogar en Madrid había sido lugar de reuniones con artistas del momento, como Pérez Villalta o Tino Casal.
La veta frívola, festiva y hedonista de la Movida fue bien aprovechada por Costus. Despolitizaron y usaron a su antojo temas de la cultura popular española, incluso los más tradicionales. Sus pinturas, tan folclóricas y llenas de color, inventaron un modo de reflejar unas sensibilidades y unas identidades sexuales hasta entonces, apenas representadas.